«A qué hora juego… ?»
Con esta simple pregunta se definen por sí mismas algunas personalidades de muchos golfistas (distraídos, cómicos, invitados de piedra, vi luz y subí…etc.) que descansan la responsabilidad de su salida semanal de juego en otra persona ó en una casualidad.
Cuál es la mejor hora para jugar golf ?
Según dicen los deportólogos, la mejor hora para desarrollar actividades físicas es al mediodía, precisamente cuando se registra el mayor nivel de azúcar en el organismo y, lógicamente, eso nos dá la fuerza que hace falta para pegar y caminar un rato largo si se trata de Golf.
Sin embargo, creo que la hora más apropiada para este deporte es la que uno decide jugar. Sin más ni menos (y sin azúcar).
Entonces cambiemos la pregunta a: cuál es la hora en que decido jugar golf ?
¿ Nunca vieron a esas personas haciendo un esfuerzo tremendo por mantenerse parado y despierto a las 8 de la mañana o más temprano aún, sólo porque un amigo los anotó y los obligó a ‘madrugar’ ? Estos desalineados y somnolientos personajes, muy probablemente hayan llegado sin desayunar, ni con tiempo de ducharse y, se les nota en su expresión de preocupación y ceño fruncido, que tampoco pudieron hacer su acostumbrada y cronométrica lectura en el baño (se entiende no ?).
Como es de suponer, este tipo de jugadores que además de llegar al tee de salida abrochándose la ropa, poniéndole los cordones a sus zapatos, tratando de tragarse esa galletita que pudo conseguir de apuro hace unos minutos y, por supuesto, sin siquiera haber hecho un miserable swing de práctica… tendrán un destino incierto:
Salen con su primer tiro y la dejan dada… dada al tronco del pino más cercano.
También están los que luego de una cena opípara de viernes ó sábado bien servida y de una sobremesa mejor ‘regada’, que se extiende hasta la madrugada, llegan a la mañana siguiente al tee del uno con más de una hora de atraso (aún digiriendo y destilando la cena) y pretendiendo jugar tratando de insertarse en alguna línea y volviendo medio loco al pobre Starter, que ya venía con todo descompaginado por dicho atraso.
Un partido de golf es algo ‘veramente’ importante, más allá que lo tomemos como un recreo y desenchufe mental de los fines de semana, es una especie de compromiso que involucra a mucha gente; de las que juegan y de las que organizan el juego.
Elijamos un horario a nuestra conveniencia y sepamos anticipadamente si lo cumpliremos; ó si no, avisemos con tiempo a quien le toca la tarea de organizarlo, a fin de que pueda reacomodar -con tiempo- las modificaciones que se le presentan.
Si somos dormilones, descansemos bien y no dejemos que nos anoten a horas incumplibles ni hagamos nosotros mismos esa tarea con los demás.
Si en cambio madrugamos con gusto y queremos aprovechar el resto del día con la familia, anotémonos bien temprano y hagamos de ello una costumbre, pero imponiéndonos el ejercicio de estar listos -en todos los aspectos- 15 minutos antes de la hora de salida, para retirar la tarjeta y hacer unos swings de práctica ó probar la rodada de la bola en el putting green.
Hablando de tipos muy fanáticos y extremadamente cumplidores en sus compromisos de Golf: (chiste negro)
…Hoyo 5, cerca del mediodía, cuatro personas jugando una laguneada. Ya venían medio retrasados porque Ernesto llegó diez minutos tarde, argumentando el hecho en que estuvo despierto toda la noche por un velatorio.
Los 3 restantes que sólo se conocían de vista y ante semejante argumento, no dijeron nada y comenzaron el juego pero medio molestos por el atraso.
Sin embargo uno de los jugadores se acerca a Ernesto y le dice que, ante una situación tan particular como la descripta, cómo fue que no faltó a su partida..??
Ernesto, ojeroso y apesadumbrado le contesta que su amor y compromiso con el Golf es inalterable y nunca faltó a ninguna cita por ningún motivo.
El «5» se trata de un hoyo perimetral del club, que linda a la derecha con una calle y, al fondo del fairway casi legando al green, con la entrada de un cementerio parque.
Llegan todos en dos tiros a la boca del ante green y, cuando le toca hacer el aproach a Ernesto, éste se detiene y adopta una postura similar a la de un militar al momento de izar la bandera, pero mirando hacia el lado opuesto al green.
El resto de los jugadores lo mira, sin entender su demora y el hecho de que no observaba la línea de su pelota sino que miraba hacia la calle lindera.
En esa intolerable espera se acerca uno de los que estaba aguardando y le consulta el motivo de su posición e inactividad; a lo que Ernesto le responde que su postura se debe a que justo en ese preciso momento ingresaba un cortejo fúnebre al cementerio vecino…
Sorprendidos todos los demás por semejante respuesta, y viendo que el juego se atrasaba cada vez más, se acercan a Ernesto y le preguntan si su actitud de «extremo respeto» en ese hoyo era siempre la misma, dado que era muy frecuente observar este tipo de acontecimientos en ese lugar.
Ernesto los mira y responde:
_ No muchachos nunca miro hacia la calle ni me detengo por un cortejo, pero justo en este caso se trata de mi esposa… Démosle paso a los de atrás.
Un abrazo.
Marcelo H. Barba