Cómo Roberto De Vicenzo ganó el British Open del 67
Si bien ningún arquitecto moderno crearía un hoyo como el 16 del Royal Liverpool, no se puede negar el mérito de su diseño que data de 1864.
Es un par 5 de 560 yardas, con un fuera de límites sobre la derecha que obliga a jugar sobre la izquierda, donde hay un cross-bunker muy bien ubicado. Si se juega a seguro, se debe evitar el bunker, y en ese caso, quedan un segundo largo, y un tercero a un green bien defendido por bunkers.
El desafio es simple: jugarlo por la derecha y con el segundo, sobrevolando el fuera de límites con un tiro perfecto, alcanzar el green.
Cuando Roberto llegó al tee del 16 en la última vuelta del Open, llevaba un ventaja de 3 golpes y sabía que Jack Nicklaus, que jugaba delante de él, era el único que le podía ganar.
Pegó el driver y por desgracia, creyó que se iba afuera, pero afortunadamente la pelota se detuvo a un par de metros del límites. Desde ahí, la entrada al green era la mejor, pero el lie no, si le pegaba muy limpia, rebotaría contra la lomada que tenía enfrente y terminaría tirándola afuera. Pero su ambición por ganar lo llevó a tomar la madera 3, le pegó con su swing natural y el resultado fue una obra de arte que dejó la pelota en el medio del green.
La ovación que le brindó el público cuando ingresaba en el último hoyo, como ganador del Open, era el merecido homenaje que se le brindaba al mejor golfista que ha dado Sud América y al excelente ser humano que es.
