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«Las Vacaciones y el Golf»

Llegó el momento tan esperado para muchos, en que debemos empezar a preparar las cosas para nuestras vacaciones de verano.

Si señores, aunque no se pueda creer ya se fue el ’97 y estamos pisando fin de diciembre y las fiestas, con despedidas, cenas, brindis que se irán acrecentando hasta el 31… cuando por fin decidamos por enésima vez hacernos vegetarianos, dejar el alcohol o comenzar una dieta muy estricta.

Con ello también llega la época de más calor, la más linda para disfrutar las canchas de Golf en todo su esplendor de verdes y flores, de fairways y greens que parecen alfombras recién hechas, de atardeceres largos y luminosos que nos permiten esas salidas tardías, a las 16 horas para no agrietarnos la cabeza bajo los rayos de un sol cada vez más fuerte y peligroso.

Y si de disfrutar se trata, llevemos entonces con nosotros a donde vayamos, nuestra inseparable bolsa de palos y si es posible además, el plegadísimo carrito en algún rincón del baúl, junto a las valijas y bolsitos de toda nuestra hermosa y gran familia.

Pero cuidado, porque a la hora de negociar los ‘bultitos’ familiares (esto les debe pasar a todos…) deberemos ser lo suficientemente inteligentes para que nuestra esposa y/o hijas mujeres, no sólo nos permitan llevar nuestra ropa, sino que además no traten de ‘balancear’ la carga con tres o cuatro bultos más cada una… total, si falta lugar… que papá deje la bolsa o el carrito (no lo escucharon nunca??).

Una vez llegados e instalados en el lugar que nos toque en suerte y en $$$ vacacionar, el Golfista deberá estudiar la estrategia del resto de la familia, silenciosa y subrepticiamente, casi como si se tratara de una misión especial, se deberá consultar como al pasar, qué tienen pensado hacer ? Ir a la playa? A caminar? A recorrer y visitar algún lugar?… y los chicos, no nos olvidemos de los chicos: saldrán a bailar por la noche ? y con ello, ¿ se acostarán pasadas las 4 de la mañana ?

Fantástico, así planteado, toda la familia notará que Ud. está a su entera disposición; con lo cual, deberá resignar los primeros dos o tres días llevando y trayendo a todos, con su mejor cara de plenitud, desde y hasta donde quieran, comiendo y haciendo playa hasta la hora que quieran volver; llevando a los chicos y sus amigos a bailar y manteniendo a ‘mamá’ entretenida y despierta, desbordando de café por sus oídos hasta que vuelvan, no sea cosa que lleguen con hambre, sed, o ganas de prepararse alguna cosita en la cocina… y dejen todo sucio y desordenado.

Continuar asi, como un ejemplo de esposo y padre, sin que se le mueva un
pelo … hasta el tercer día, quizá el cuarto (hay familias más aguantadoras que otras…).

Al día siguiente se producirá el milagro, sin que nadie lo note, Ud. observará que toda su familia dormirá hasta el mediodía o hasta las dos de la tarde, como si hubieran hecho gimnasia ininterrumpida por tres días, con lo cual… sacaremos ese despertador que llevamos ‘por las dudas’ en la bolsa de palos y lo pondremos para que suene a las 7 u 8 de la mañana.

Nos levantaremos tranquilos, sin que ninguno haga una mueca de despertarse,
dejaremos una notita en la cocina o en el baño (lugar obligado de todos los que se despierten) diciendo que nos fuimos a jugar Golf y que regresaremos al mediodía y, en cosa de media hora estaremos empuñando el drive en alguna cancha cercana… (o acaso Ud. no pensó eso? Cuidado: A ningún amigo Golfista se le ocurriría irse de vacaciones sin antes haber estudiado estratégicamente dónde están las canchas de Golf más cercanas, no?)

Pero nuestra táctica no debe terminar aquí, nooo…

Cuando volvemos de jugar, antes de llegar a casa o al departamento, nunca nos deberemos olvidar de hacer un obligado Stop en alguna panadería… con lo cual, estaremos en condiciones de despertar al resto de los ‘bellos durmientes’ con medialunas calentitas o alguna otra cosa rica que que les guste a todos (y de encontrar intacta nuestra propia nota de despedida…)

Mientras saboreen las facturas recién levantados, alguno preguntará: Papá, dónde fuiste esta mañana? Humm… qué rico…cómo te fue? Ganaste? Bueno… mañana te irá mejor, pero no te olvides de traernos esas con dulce de leche…

Ni les cuento lo que pasaría, si además de pensar en el estómago de cada uno, se le ocurriese por ejemplo, pasar por el almacén y reponer esas botellas vacías, o dejar en el lavadero la ropa sucia de ayer…

Casi sin notarlo se habrá instaurado la siguiente rutina: papá juega al Golf por la mañana y el resto de la familia duerme hasta el mediodía…

A este punto, mis queridos amigos, habremos sido favorecidos con el carnet de Santo y no sólo tendremos asegurado nuestro tiempo de Golf, sino que logramos adicionalmente, los puntos estratégicos necesarios para tomarnos -libres de culpa y cargo- alguna que otra salida por la tarde (dado que también somos merecedores de un sueño reparador; y justo ese día… extrañarán las medialunas, con lo cual se renovará su promesa frente a toda su familia para los próximos días).
Sencillamente espectacular.

Cuando nos queramos acordar, habrán pasado los días y las semanas, se terminarán las vacaciones y tendremos en nuestro haber los mejores días de familia y Golf, sin que nadie haya protestado ni un poquito, es más, ni siquiera les molestará quedarse sin lugar en el baúl cuando intenten poner esos bultos de más que siempre se traen, indefectiblemente, al regreso de las vacaciones y los mismos no quepan junto a las valijas y la bolsa de palos de papá…

Un abrazo.
Marcelo H. Barba