«Los cubrepalos.»
Por Marcelo Barba
Acompañado de un buen amigo que comenzaba sus primeras experiencias en una
cancha de Golf, salimos a recorrer y a jugar un buen partido…
Dialogamos sobre Golf y otros temas, y surgieron rápidamente algunas preguntas, de esas que hacen los iniciados con su objetividad y frescura, pero que nos dejan sin respuestas inmediatas dado que, o nunca nos las hicimos nosotros mismos o aceptamos las cosas como son sin siquiera averiguar su origen y sentido práctico. Preguntas relativas a costumbres o curiosidades que vale la oportunidad comentarlas…
Hablando del equipamiento, mi amigo me consultó sobre la necesidad de las
capuchas o cobertores que siempre se le ponen a las maderas… ¿qué sentido
tienen?
Pues bien, son estas cosas que nunca sabremos dónde se originaron ni quién las inventó, pero tratando de ponerle algo de lógica y preguntando un poco a quienes más años nos llevan en la vida de Golf, se puede llegar a encontrar alguna explicación coherente que nos calme nuestra ansiedad y dudas…
Según cuenta la leyenda, en un principio cuando las maderas eran de madera… (y ello significaba que eran el material más débil o propenso al rápido deterioro del conjunto de palos) el objetivo fundamental de esas capuchitas que hoy se visten de distintas formas, colores y simpáticos animalitos, era la protección.
Protegían a la madera de los pequeños golpes, bichos, humedad, y rayos de sol, en fin, protegían fundamentalmente al material de la intemperie y condiciones de la naturaleza.
Hoy, tanto para las maderas (que siguen siendo utilizadas pero tratadas con químicos y productos modernos que la protegen casi eternamente), como para
las metálicas de acero, titanio o cualquier otro tipo de mezcla metálica, esa costumbre de protección ya no tiene tanto sentido práctico… sin embargo… el hecho de decidir no utilizar más esos protectores para las cabezas de los palos, sobre todo los metálicos, hace que, mientras nos desplacemos con nuestro carro, caminemos con la bolsa al hombro o simplemente la lleve nuestro caddie, se produzca un inevitable golpeteo o tintineo metálico parecido al de unas campanitas, producto del bamboleo y consecuente choque de los palos entre sí , tema éste que es bastante molesto para quien esté concentrado tratando de ejecutar su golpe mientras nos desplazamos o transitemos con esa bolsa de ruidos…
Existen, sin embargo (y esto no es propaganda) unos implementos plásticos que se adpatan fácilmente a cualquier tipo de bolsa, y que en forma de peine invertido permiten que calcemos firmemente los palos a fin de que éstos queden separados entre sí y no se mezclen desordenadamente en la bolsa. Son bastante baratos y eficientes para quienes sean prolijos y deseen mantener un equipo silencioso y en excelentes condiciones de uso.
También tengamos presente (para cuando queramos cambiar o actualizarnos) que hay bolsas de palos con divisiones completas, es decir desde la boca hasta el fondo, o algunas que además traen una especie de tubos plásticos internos adicionales, que facilitan aún más la correcta separación y ordenamiento de los palos dentro de la misma. En fin, sobre gustos no hay nada escrito, así que cada quien sabrá lo que mejor le queda, quiere y puede…
Un abrazo y hasta la próxima.
Marcelo H. Barba
