«No se apure…y respete al oponente»
Por Marcelo Barba
Asistí a un torneo de 36 hoyos que patrocinaba una importante firma comercial.
Me tocó jugar con dos personas que nunca había conocido antes y que, gracias a Dios, jugaban muy bien.
Aclaro que esto que digo (que jugaban muy bien) no es porque yo juegue bien ni porque me molesta jugar con gente que juegue regular o mal; simplemente lo digo porque el simple hecho de jugar con quienes juegan mejor que nosotros, hace que nuestro propio juego mejore. No sé cuál es el motivo ni la causa, pero lo he comprobado tanto en el Golf como en el Tennis o cualquier otro deporte: cuando uno juega con alguien delante suyo o como compañero y éste es un buen jugador, la resultante es que el mal jugador (en este caso yo) termina pensando más lo que hace, ejecutando mejor sus tiros y cuidándose mucho de los errores típicos de un principiante.
Pruébenlo y luego me cuentan…
Decía que jugué con dos personas talentosas, que se conocían y que evidentemente ya habían compartido otros encuentros, ya que la conversación entre ellos era muy familiar y amistosa. Pero la cosa de hoy no viene por allí.
El tema principal pasa por otro lado. Cuando jugábamos el hoyo 3, llegamos todos al green (por supuesto que ellos en dos tiros y yo en tres) pero con la suerte de que mi pelota quedó a escasos 20 cm. del hoyo luego de un chip desde el antegreen… tiro que me festejaron ambos con una felicitación por la precisión del aproach.
Uno de ellos estaba a cuatro metros y el otro a unos seis.
El que estaba más lejos llegó hasta la bandera y la quitó, mientras yo buscaba mi putter en la bolsa. Cuando me encaminé hacia el green con el putter en la mano y a marcar mi pelota, vi que no estaba la bandera y aproveché para darle ese pequeño toque que le faltaba para entrar (previo solicitarle a ambos el permiso correspondiente), pero no me percaté de que uno de ellos no me lo concedía.
Grande fue mi sorpresa cuando se acercó y me solicitó que repusiera mi pelota donde estaba y la marcara, cosa que hice de inmediato pidiéndole disculpas y preguntándole el motivo, ya que no estaba en su línea ni se veía molestia alguna que podría llegar a interferir en su ejecución.
El hombre muy amable me explicó algo y dijo: _ Estoy a unos seis metros de la bandera, con muchas posibilidades de hacer birdie, con lo que necesito tu marca como referencia para ejecutar mejor y más confiado mi tercer tiro… con lo cual no hago más que aprovechar todas las posibilidades disponibles que me da el reglamento y el juego.
Observé su putt, perfecto y suave, dirigido precisamente hacia mi marca y vi cómo antes de tocarla con su pelota, ésta copiaba la caída del green y se metía en el hoyo con la potencia y la dirección exacta. Una maravilla festejada por los tres.
Luego de que el otro jugador hiciera lo suyo, me tocó jugar mi tiro de 20 cm. que confieso lo jugué con muchísimos nervios y como si se tratase de un put de 10 metros, ya que había quedado mentalmente mal con mi actitud anterior, pero gracias a Dios lo metí e hice un magnífico par.
Luego, cuando caminábamos para la salida del próximo hoyo, esta persona se aproximó, me dio una palmada en la espalda y me hizo un par de comentarios cómicos para bajar la tensión y evidenciar que no había ningún problema ni sensación de molestia con el hecho. Se lo agradecí y pedí las disculpas del caso, aprovechando una vez más las posibilidades de enseñanza y aprendizaje que nos da siempre este deporte.
Ahora sé algo más… algo que muchas veces no aplicamos cuando jugamos entre amigos que nos conocemos de muchas ocasiones y no atendemos al máximo las reglas, situaciones o formalidades que deben ser siempre vistas de ambas partes, es decir, de nuestro lado y del de nuestro oponente, dado que sin quererlo o pretenderlo, podemos estar generando una situación desfavorable para su propio juego.
Este es un caso parecido al que se presenta cuando debemos ejecutar, por ejemplo, un segundo tiro desde el fairway y no respetamos el orden y posición de cada pelota para hacerlo.
Hay quienes llegan a su bola y tiran, sin darse cuenta que la misma está por delante de otra y debe esperar el turno hasta quedar último en la línea imaginaria para efectuar el golpe.
No nos damos cuenta que al hacer esto, por apurados, impacientes o porque nos tenemos mucha confianza entre los que siempre jugamos, ponemos en desventaja a quien debió ejecutar primero que nosotros, desventajas que en la mayoría de los casos son de orden psicológico, dado que quien ejecute el tiro fuera del turno establecido, se sentirá apremiado, desorientado o sugestionado a copiar (inconscientemente) un tiro similar, con determinada dirección, potencia o palo utilizado por quien se le adelantó.
Sepamos entender y respetar algunas formalidades que, si bien no están penalizadas (¿es así? otro tema para las Reglas de Golf y ver cuánto sabe Ud. de ellas…) hacen que nuestro estilo de juego sea caballeresco, honesto y limpio; tanto para nosotros mismos como para quienes jueguen con nosotros cada día.
Un abrazo y hasta la próxima.
Marcelo H. Barba
