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No se fie

No se fie de los Putting’s…. (y un cuento)

Pensé bastante en escribir esta nota sobre este tema, ya que más bien parecerá ser una queja, pero como el mal es de muchos no creo que nadie se sienta identificado particularmente y quizá todos los que se den cuenta hagan algo a favor de los Golfistas prolijos…
El tema es cortito pero importante y creo que todos nosotros hemos pasado, por lo menos más de una vez, por la experiencia de tomarnos el trabajo de prepararnos adecuadamente antes de nuestra salida, unos quince o veinte minutos de práctica en el putting green que ofrecen la mayoría de los clubes, con el objetivo doble de soltarnos un poco en los movimientos y de sentir la sensación de la corrida de la bola en esa zona, tan especialmente cuidada y tan comprometida para los Golfistas que entienden que, vale tanto un buen put como un drive de 300 metros bien tirado…

Ahora bien, nadie sabe explicar el o los motivos por los que nunca (lean otra vez la palabra nunca) estas zonas de práctica no se compadecen en lo más mínimo con los verdaderos greens de la cancha, aún estando construídos y mantenidos dentro de los mismos links y con el mismo personal de mantenimiento.

Es así que, luego de haberle «tomado la mano» al terreno del putting, nos llevamos nuestra primer sorpresa en el verdadero green del hoyo uno, donde ni corre la pelota de la misma forma, ni tenemos el pasto cortado de la misma manera, ni transmite la sensación que trabajosamente obtuvimos en la zona de prueba.

Hasta aquí pareciera ser un tema trivial, donde más de uno podrá pensar que no tiene la importancia o trascendencia como para darle cabida a un comentario formal. Puede ser y admito las opiniones de todos. Pero también admitamos que no es lo que un Golfista espera encontrar a la hora de practicar en su propia cancha o en otra desconocida; tampoco olvidemos el factor económico, que a la hora de pagar cuotas y exigir calidad por lo que se gasta en el rubro de mantenimiento dentro de cualquier cancha de Golf… es bastante importante como para dejarlo pasar inadvertido.

El mensaje final es: seamos exigentes y tratemos de nivelar «hacia arriba» (o compararnos con los mejores ejemplos locales o extranjeros), no nos conformemos nunca con menos siempre que por ello debamos pagar; sepamos mantener el estado de nuestras instalaciones para que las mismas sean ejemplo ante otras y un buen comentario de los invitados que ocasionalmente hagan uso de las mismas.

Recordemos que el Golf está creciendo mucho en nuestro país y sostenidamente…ya dejó de ser un deporte reservado sólo para unos pocos, con lo cual existen muchísimas canchas donde uno puede elegir y exigir en calidad y prestaciones por lo que se debe pagar.

Y Ahora… un chiste para el bar del 19…
Gran cancha de Golf, importantísimo Club.
Instalaciones de primer nivel y una confitería/bar/restorán espectacular.
Luego de un partido el grupo se decide higienizar y tomar su almuerzo en el restorán del Club.
Uno de los amigos del grupo, ya sentado a la mesa, observa detenidamente que el mozo que los atiende lleva una cuchara en el bolsillo de la pechera de su chaqueta impecablemente blanca.
Llama su atención el hecho que el resto de los mozos de aquel magnífico lugar, también llevan consigo una cuchara en el bolsillo frontal de sus chaquetas, con lo cual, se anima a preguntarle al mesero que los está atendiendo cuál es el objetivo y explicación de dicho utensillo en ese lugar.
El mesero le responde con suficiencia y en un tono formal y diplomático que, luego de un profundo análisis encargado a una consultora de renombre mundial, ésta detectó que en el 75% de los casos, a los clientes se les cae la cuchara al piso y como consecuencia de ello, ir a buscar una nueva cuchara limpia para reponerla, llevaba unos 20 segundos, que por la cantidad de mozos y de mesas atendidas por día, determinaba que se perdían unas 2 horas mensuales en ir a buscar nuevas cucharas. Mientras contaba todo esto al cliente, se escucha el ruido metálico de un utensillo que cae al piso justo detrás de la mesa donde se desarrollaba este diálogo.
El mozo le dice al cliente:
_ Vé ? se acaba de caer una cuchara… Ahora la repongo inmediatamente y cuando pase por la cocina nuevamente tomaré otra cuchara para dejarla en mi
bolsillo y estar preparado para otro acontecimiento similar…
_ Realmente impresionante. Responde el cliente, pero mientra hablaba y sucedía todo esto, también observa que del negro y bien planchado pantalón del mozo colgaba un cordón también negro y disimulado que salía del bolsillo del mismo y se metía dentro de la bragueta.
Antes de preguntar nada sobre el mismo, el cliente observa que todos los mozos tenían idéntico cordón negro…
La duda lo carcome y vuelve a preguntarle al mozo el motivo del cordón con esas características, a lo que el mesero le responde:
_ Es Ud. muy observador… pero de cualquier forma es importante que sepa que este implemento también surge de una recomendación de la Consultora.
_ Cada vez que vamos al baño con dicho cordón, nos evitamos lavarnos las manos y con ello ahorramos unos 35 segundos que, por día y por mes significan unas 3 horas que podemos dedicar a otra tarea más productiva…
Dice el mozo.
El cliente, anonadado con la explicación, se queda un segundo pensando y le vuelve a preguntar:
_ Perdoneme, pero si Ud. dice que con dicho cordón saca su miembro para hacer pis y con ello se evita luego lavarse las manos, ¿cómo es que hace para volver a guardarlo nuevamente dentro del pantalón?
El mozo lo mira, se inclina y en voz baja le contesta:
_ No sé cómo harán los otros, pero en mi caso yo utilizo la cuchara…

Un abrazo y hasta la próxima.
Marcelo H. Barba