«Papá Noel»
Todos llevamos en algún rinconcito del corazón ese deseo secreto de recibir algún obsequio navideño; venga de donde venga, siempre nos hace pensar que hay alguien que piensa en nosotros o en alguna medida, nos quiere, le generamos afecto, o simplemente ocupamos un lugar en su vida y por el cual ganamos un inesperado recuerdo de fin de año.
Del mismo modo, nosotros pensamos en muchos amigos y conocidos a los que deseamos hacerles llegar nuestra presencia, a través de algún regalo, tarjeta o encuentro personal que luego se traduce en alguna copa o comida de fin de año donde se intercambian palabras y deseos de prosperidad para lo que viene.
Son épocas de pequeños balances personales, de meditaciones retrospectivas, de pararse un poco en esta vorágine que vivimos y mirar hacia atrás, aunque sea sólo por unos minutos…
Hay que hacerlo y analizar todo el camino que dejamos atrás, todo lo que hicimos y compartimos en tan sólo doce meses de nuestra larga vida, lo bueno y lo que lamentablemente no lo fue; y siempre obtendremos una resultante clara que nos permitirá reposicionarnos para lo que viene, recomponernos de lo que pasó y planificar más tranquila y analíticamente nuestra participación en la vida con los demás, con los que realmente nos importan y con los que, por uno u otro motivo deberemos aceptar y con ello compartir gran parte de nuestra existencia, es obvio que aquí me refiero al ambiente laboral, pero como de vivir se trata, hay que apechugarla de la mejor manera…hasta que nos ganemos un Loto. Como decía un amigo: «Si la vida te da limones, hacé limonada…» en fin, toda una filosofía.
Vale la pena adicionalmente, hacer un alto y dedicarle unos minutos también a todas aquellas personas que nos acompañaron en muchos momentos y circunstancias y no son ni amigos personales ni familiares, son solamente colaboradores, compañeros, ayudantes, gente en general que nos cruzamos muchas veces al año y nos dieron su tiempo, nos ofrecieron su trabajo o su consejo en forma desinteresada.
Hablo específicamente de toda la gente que nos rodea en nuestra actividad cotidiana, de aquellos que diariamente saludamos en el club, de aquel muchacho del estacionamiento, ese hincha de boca que nos saca el tema del fútbol cada fin de semana que lo vemos, quizá como único tema en común de conversación que nos puede unir momentáneamente en algún chiste; del starter de Golf, ese gran tipo que nos salva siempre y cada vez que nos olvidamos de anotarnos; de nuestro profe… cómo nos ibamos a olvidar de él?, aquel que tantas veces nos acomodó la estantería y nos hizo sacar un decente puesto en alguna competencia; de nuestro querido e infaltable caddie, que con crueles fríos de invierno o matadores soles de verano estuvo firme como soldadito de plomo a nuestro lado, como si la bolsa
formase parte de su cuerpo, sin siquiera quejarse, leyendo y dándonos la información precisa de la caída de cada green, para que nosotros pudiéramos jugar como si supiéramos… en fin, hay tanta gente que nos acompañó en estos últimos 12 meses, que pareciera ser un trabajo irrealizable el hecho de acordarse de cada uno y a su vez, de acercarles nuestros deseos de felicidad a través de algún presente o de una tarjeta; pero aunque parezca imposible se puede empezar, tranquilamente, armando una lista de los que rápidamente recordamos.
Verán que haciendo ese ‘ejercicio’ de memoria muy probablemente superaremos
la veintena de personas; personas que seguramente ni esperarán recibir una tarjeta navideña que provenga de un núcleo distinto al de sus amistades y familiares; gente sencilla, en su mayoría humilde y extremadamente respetuosa de nuestra intimidad; personas que definitivamente se sentirán honradas y emocionadas por un hecho tan simple y tan directo; personas buenas, que sin dudas harían lo mismo con nosotros si pudieran.
Hagámoslo de corazón con cada uno de los que compartieron y seguirán
haciéndolo Dios mediante y junto a nosotros, nuestros días de trabajo, de Golf, esparcimiento y cualquier otra actividad cotidiana. Con ello sentiremos que dimos algo adicional, algo distinto y mejor, algo parecido a lo que sentimos cuando recibimos un presente inesperado de fin de año.
Feliz Navidad para todos.
Un abrazo.
Marcelo H. Barba.