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Sigamos

Sigamos sobre el Putting….

Pero ahora la cosa se propone pensando en lo que hacemos, más que en la calidad del pasto y la perfección del lugar de práctica (tema que ya hemos tratado en una oportunidad anterior).

Hablemos de las veces vemos Golfistas que adoptan posiciones o situacionesen el putting, pero que después no las repiten en los greens cuando deben tratar de ejecutar lo experimentado anteriormente en la zona de prueba.

Esto es particularmente llamativo, ya que muchos hasta llegan a tomar el putt de una manera distinta a cuando están sobre la zona de prueba; otros, se paran o apoyan sobre sus piernas de forma errónea, casi temblorosa o por el contrario parecen agarrotados y adheridos al piso como si estuvieran enterrados hasta las rodillas. Hay quienes no se sabe porqué, utilizan el guante sobre el green cuando «abajo» en el putting no lo tenían puesto, en fin, una serie de cosas que hacen difíciles que se repitan las mismas condiciones de prueba que se intentaron adquirir en la práctica previa. Pero repasando rápidamente creo que todo eso tiene una única explicación mental: están pensando en otra cosa… en lo que ya pasó mientras llegaron al green.

Si uno tuviera que comparar lo que se hace en la práctica vs. lo que realmente se ve en la realidad, creo que diríamos que en algún lado perdimos o no aprovechamos ese tiempo de práctica tal como lo habíamos programado.

La verdad es que uno mira las actividades que se suceden sobre los greens y puede inferir que muchos Golfistas practican de una forma y actúan de otra muy distinta, es como si se tratase de una especie de «síndrome del apuro por terminar» que les ataca a todos los que llegan más angustiosa que exitosamente hasta ahí…

Porque seamos francos y digamos las cosas como son: si por una de esas casualidades de la vida, llegásemos en dos hasta la bandera, la cosa cambiaría sustancialmente; lo pensaríamos, se miraría, se re-miraría y se dudaría mucho hasta tomar la decisión final. Hasta tendríamos tiempo y dedicación para reparar un pique adiciona que ni siquiera es nuestro…

Pero si en cambio, como nos suele pasar a unos cuantos expertos como yo, llegáramos en cuatro o en cinco… ya ni nos importa mucho la caída, ni el pique mal arreglado, ni la pelota sucia, si tenemos o no tenemos puesto el guante y tiramos a meter y olvidar rápidamente semejante agravio deportivo que nos destrozó el amor propio.
Quizá nos quede algo de equilibrio mental para reparar nuestro propio pique y volver a colocar la bandera en su lugar.

Estoy convencido que muchos colegas de alto handicap y alguno de los otros también, luego de lo que acabo de ver para mi tremenda sorpresa en el British Open de este último fin de semana, no le dan la tremenda importancia que tienen los golpes arriba del green y muy cerquita de la bandera.

No comparten la misma idea que yo ??
No vieron acaso los imperdonables e inentendibles yerros desde distancias de menos de un metro?
Tan mentalmente agotador será llegar hasta allí como para «regalar» golpes y descargar broncas de otros tiros mal jugados?…
Porque si de green’s se trata, convengamos que no son los peores ni los más difíciles que hemos visto… si no, recuerden Augusta y me cuentan (lo que pasa es que «Augusta no destruye» a los jugadores en los fairways).

En cada tiro de putt, recuerdo que mi querido profe que ya no está me decía, que había que pensar en la tremenda injusticia que nos plantea este juego de Golf y cómo aprender a manejarla equilibradamente, refiriéndose a la importancia que existe entre un excelente tiro desde el tee con un dirve perfecto y cómo queda ponderado y minimizado cuando ese mismo golpe lo terminamos sumando con los miserables «toques» alrededor o arriba de green para que la pelota entre.

Manejar esa «injusticia» con equilibrio es el gran desafío, por lo menos hasta que modifiquen el reglamento y los golpes sobre el green valgan la mitad o menos…

Existe un pensamiento constante, cuando nos enfrentamos al green, que nos tiene que gobernar la concentración, la suavidad de movimientos, la sensación de estar bien afirmados al suelo, de tener todo el tacto posible con el palo quizá más temible de toda la bolsa: el Putter (fíjense Uds. mismos cuál es en el único elemento que nunca cambian los que saben mucho de Golf, a pesar de los años, los nuevos modelos y tecnologías disponibles en esta materia ó lo que les pasa cuando toman esta terrible decisión y salen con un nuevo putt al torneo).

Sé que quizá me ganaré enemistades con lo que digo, pero vale la pena que
pensemos mucho en el tiempo que le dedicamos a esos tiros a pesar que todo
ello parezca que enlentezcamos el juego sin motivos. Siempre que estemos
convencidos que precisamente allí se bajan los golpes.

A pesar de que los que vienen detrás nuestro pongan caras largas o nos quiten su amable saludo… pero seguramente Uds. entenderán que por lo menos, usaremos el mismo tiempo (o más) del que nos tomamos para ejecutar el drive de salida, acomodando el tee, haciendo swings de práctica, tomando el stance, etc. etc. en lugar de pegarle a la pelota sin siquiera mirar cómo está apoyada en el piso.

Si además le sumamos el tiempo que nos lleva marcar, limpiar la pelota y el
recorrido ideal de la misma de todo impedimento -legal- que pudiera
molestarla, reparar los piques que muy pocas personas reparan y dejan para los que vienen detrás, como si se tratara de una hermoso recuerdo en forma de alcancía o chichón de pasto que dejaron como inolvidable y corta estadía por el hoyo, la cosa se pone más espesa aún…

En estos casos, lo mejor es la paciencia tibetana, respiraciones profundas
y disfrutar de la naturaleza mientras se desenvuelve toda la actividad
preparatoria y de ejecución sobre el green, que en sí mismo pareciera ser
otro partido dentro del mismo juego de Golf, pero mientras soportamos ese
tiempo, pensemos que a nosotros también nos esperarán y aprovechemos los
minutos para el principal ejercicio del Golf: concentrémonos en lo que
vamos a hacer cuando nos toque, olvidando los mil golpes pasados y las
eventuales malas circunstancias que acabamos de vivir en hoyos pasados.
Nunca dejemos de mantener la idea de bajar golpes ahí arriba, anotemos los
mismos y luego comparemos tarjetas. Rápidamente veremos diferencias
importantes (piensen sólo en bajar un golpe por green… eso solito son 18
menos !!!)

Un Abrazo y hasta la próxima.
(les debo el chiste para el bar del ’19)

Marcelo H. Barba